En qué nos basamos

Relación Padre/Madre – Niño/a

Las clases de yoga en familia están enfocadas a la relación entre el padre/madre y niño/a, trabajamos la comunicación y relación entre ellos, valores como la empatía, el comprender al otro, para que el niño/a y padre/madre se coloquen y vean otro punto de vista. Nos ponemos en el lugar del otro para sentir sus necesidades otro y así poderlo comprender mejor


Nuevo Rol, nueva forma de comunicación

Ponemos énfasis en la relación entre padre/madre y el hijo/a incidiendo especialmente en esta relación. Nos encontramos en un espacio distendido, donde esta relación también se hace distendida, dejamos el rol de pare/madre y el rol de hijo/a para ser personas con todas las capacidades sin condicionantes. Incidimos mucho al empezar la clase desde este punto, no adoptamos el rol de padre o madre, o el rol de hijo/a, es cuando dejamos este rol cuando realmente podemos hacer un trabajo profundo y efectivo, porque no hay una comunicación desde un personaje, desde un papel que adoptamos y, donde los adultos tenemos muy integrado, un rol muy marcado y concreto, sino desde una persona que se comunica con todo su ser, desde el corazón. Cuando comunicamos así, el otro lo recibe de una forma transparente, sin filtro, sincera, porque ya no dependemos de aquella estructura tan marcada, o de aquella preocupación para ser buenos padres o ser buenos hijos, nos comunicamos con transparencia, sinceridad, y amor.
No quiere decir que fuera de esta clase no lo hacemos, pero seguramente actuamos de una forma mucho más condicionada puesto que pueden intervenir más factores como pareja, hermanos, familia, sociedad y este rol de padre o hijo que comentábamos.


empatitzar con ellos

Los padres adoptamos el rol de padres y tendemos a hacerlo de la manera que creemos mejor para nuestros hijos, pero tenemos que aprender en este espacio a dejar todo aquello que nos impide comunicarnos y expresarnos con todo, sin aquellas actitudes y roles tan sólidos que a veces nos dificultan ponernos en el lugar del otro, lo hacemos desde el corazón, con respeto y viendo al otro no como nuestro hijo sino como una persona con todas las capacidades y no incidiendo en aquello que yo quiero mejor para mi hijo sino el que porque él es mejor como persona


Amor y confianza

Realizamos muchos ejercicios en parejas que nos permiten tener esta comunicación cercana. A través del tacto y de los sentidos, la comunicación puede ser mucho más profunda, incluso mucho más efectiva, que en palabras.
La regla del juego es para los dos, el hijo/a se mira a su padre/madre como un igual y dejará su rol de hijo/a, no podrá pedir a su padre, e igual el padre no podrá adoptar el rol de padre/madre indicando cómo tiene que hacer las cosas. Veremos que las reglas del juego serán mucho más fáciles para los niños que para los padres. El profesor velará porque los padres puedan sentirse confiados y realmente mirar al otro sin ningún condicionamiento, mirándolo a los ojos sin ver todo aquello que ya conoce, sin etiquetar, sin juzgar y sin presuponer nada. Y no sólo decir con palabras, se condiciona también con lo que pensamos del otro, así que tendremos que tener en cuenta también aquellos pensamientos que generamos.

Cuando miramos al otro sin todo aquello que nos define es cuando éste puede desarrollarse sin límites, es capaz de desarrollar todas sus capacidades, incluso aquellas desconocidas y que nunca hubiera pensado que podía hacer.